VESTUARIO
Y si fue complicado dar nombre a la tropa, no digo nada para preparar el vestuario, pues como siempre tocó estudiar.
Se buscaron, vieron, estudiaron, todo lo escrito que se puso a tiro relacionado con las II Guerras Púnicas. Así como Historia de España, Historia de Cartagena y desde clásicos como Estrabón hasta casi actuales como Adolfo Schulten.
Puestos ya en faena, en que colores se iban a confeccionar nuestros trajes?, bien pues los padres de la “patria”, decidieron que nuestros colores iban a ser el rojo y el negro.
Una vez elegido el color, había que elegir el tipo de tejido que se ajustara a la época, pues bien, buceando en los libros acerca de la vestimenta de los pueblos celtíberos, estos vestían con “sayos negros y ásperos de algo parecido al pelo de las cabras salvajes”, según Diosdoro citando a Posidonio.
El “sago”, es una prenda exterior que cuenta con muchísimas referencias en los textos. Se trata de una pieza oscura o negra que se utiliza como copa, prendida sobre el pecho y descansando y cerrando con una “fíbula” (aguja o broche” sobre el hombro derecho, de modo distinto a como lo utilizaban los romanos, según relato de Livio en el 208 a. de c. y que según Plinio, fue utilizado por Escipión como abrigo durante la campaña peninsular en el 134 a. de c.
Con todos los datos disponibles, Santiago Huertas León, diseñó dos trajes para hombre y otros dos para mujer, pero como ese primer año hacer los dos trajes iba a ser un gran gasto, se decidió hacer el traje de las bodas de Aníbal e Himilce y dejar para el siguiente año el traje guerrero, se eleboraron unos modelos para que todos pudiésemos ver como eran y se presentaron nuestros primeros trajes en un desfile de modelos en la conocida discoteca 1.900.
Y como la vida evolucionada, pues nosotros no íbamos a ser menos, y a raíz de este, se fueron sucediendo variaciones y retoques, y más retoques y otro retoque, en fin pues eso que, del primer vestuario al último solo queda un grato recuerdo.