La consulta a los Dioses de la princesa Himilce, esposa de Aníbal, sobre el futuro de la ciudad y de su familia, es representada en el Oráculo de Tanit, un acto repleto de magia y misterio Hace más de dos mil años, cuando una persona pensaba acometer una empresa, se realizaban consultas a los Oráculos para conocer lo que les depararía el futuro. Cuando la luna brillaba en la noche del día de las ofrendas, las puertas del Templo de Tanit se abrían al pueblo de Qart-Hadast. La princesa Himilce, apenada por la marcha de Aníbal hacia Sagunto, se dirige al Templo de Tanit para consultar a la diosa sobre su matrimonio y el futuro de la ciudad.
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